El Harlem es otro mundo. Basta con echar un vistazo a los escaparates de las tiendas de moda para darse cuenta que aquí el tiempo lleva otros ritmos.
El Harlem es otro mundo. Basta con echar un vistazo a los escaparates de las tiendas de moda para darse cuenta que aquí el tiempo lleva otros ritmos.
Tampoco es tan fea la ropa, puede volver esa moda